Querido diario, miau
Han ocurrido acontecimientos sin precedentes, he quedado 100% en shock.
Todo partió un día en el cuál mis Karens se fueron de shopping y compraron muchas cosas. Llegaron con una nueva caja de arena, un nuevo rascador, nuevos juguetes, nueva comida. Lo primero que pensé fue “Oh, al fin a mis Karens les ha entrado una pizca de sentido común. Al fin han comprendido el honor que implica vivir conmigo y han llegado con nuevas ofrendas. Es lo mínimo que merezco”.
En fin, todo iba perfecto hasta que pusieron todas las cosas nuevas en una pieza y me cerraron la puerta. Así es, como lo oyen, estos humanos tuvieron la osadía de negarme el acceso a partes de mi territorio. Estaba indignada. Pero esa no era la peor parte, no señor.
Al acercarme al territorio prohibido pude sentir un distintivo olor. Un olor que llegó hasta lo más profundo de mis instintos de guerrera. No tenía pruebas, pero tampoco dudas: del otro lado de la puerta había otro animal.
Quedé en shock. Esta fue la traición más grande de mi vida. Karen, en un acto de completa rebeldía y desobediencia metió a otro animal a mi casa.
Enfurecí y la leve confianza que le tenía a Karen se rompió en mil pedazos.
Pasaron los días, cuando de pronto vi que la puerta de la pieza estaba abierta. Obviamente entré a investigar y pude confirmar mi teoría. La pieza apestaba a otro michi. En específico, el olor pertenecía a una felina joven proveniente de tierras lejanas.
Por un momento pensé que todo esto se trataba de una pesadilla, pero no. Eventualmente llegó el día en el que pude conocer a la invasora.
Yo imaginaba que podía tratarse de una tigresa, una puma, una gata altamente impactante. Y estuve días preparando estrategias de batalla para poder vencerla y mantener el poder sobre mis territorios.
Se imaginarán el shock que tuve cuando vi que la invasora se trataba de un microbio. Un intento de michi, de tamaño minúsculo. Su nombre es Kiara, y lo primero que hice cuando la vi fue inspeccionar sus intenciones. Le lancé unos michi ataques para mostrar mi dominancia y verificar que ella venía en son de paz.
Ya han pasado algunos días y puedo confirmar que Kiara y su diminuto cuerpo no presentan ninguna amenaza para mí, sigo siendo la diosa indiscutida de este hogar. Sin embargo, es una molestosa sin remedio. Yo no sé si podré sobrevivir el martirio que significa compartir mis territorios con un microbio insoportable.
Respecto a mis Karens, he decidido distanciarme de ellos hasta nuevo aviso, por traidores.
Cambio y fuera,
Sakura. Septiembre 2020.